domingo, 19 de marzo de 2017

            La AGROECOLOGÍA.

 Cómo hacer bokashi

     Como ellos dicen y lo comparto al 100% "Huerto sano, suelo vivo". un abono ecológico muy apetecible. No quiero enrollarme y quiero que sean ellos quienes se presenten y lo más importante que nos enseñen su receta para elaborar este interesante abono.

    A agroecología ocupa un lugar esencial en nuestras propuestas. En todos los proyectos agrícolas apostamos por el uso de recursos locales y el cuidado de los ciclos naturales. Entendemos que para conseguir una agricultura respetuosa con los ciclos ecosistémicos el cuidado del suelo es esencial. Por ello promovemos métodos quizá poco conocidos como el uso de abonos verde o abonos siderales o la elaboración de nuestros propios abonos.

Las plantas juegan un papel esencial en el abonado en verde o sideral, como muestra de ello os dejamos este vídeo que realizamos con motivo del año internacional de los suelos.


 Una de ellas es la receta que queremos compartiros, su particular receta de “Bokashi”, elaborada con ingredientes muy asequibles y fáciles de conseguir.

Hay muchas otras recetas de bokashi circulando por el mundillo agrícola, algunas con ingredientes más selectos como la harina de roca, a la que se le atribuye un importante equilibrio mineral.

Nosotros no disponemos de acceso fácil a esta harina y casualmente la receta de nuestro amigo Agustín no la incluye. Por ello, si disponéis de esta harina, adelante, incluidla en vuestra receta (buscad asesoramiento para las correctas proporciones), pero si como nosotros, sentís la llamada de un abono con el 100% de los ingredientes que proceden al menos de vuestra provincia, os animamos a probar con este bokashi que tantas satisfacciones nos ha traído. De hecho, podemos aseguraros que ya nunca nos falta.

 Nos encantó la filosofía que hay tras el bokashi. Comúnmente los abonos están fabricados a base de nutrientes específicos o estiércol, buscando la incorporación de nitrógeno, o de fósforo como en el caso del guano. El bokashi, sin embargo, persigue estimular la vida microbiana, entendiendo que son éstos, los microorganismos, los que aportan los nutrientes a las plantas. Una suerte de entramado en la que todos los participantes juegan un papel importante. Es por ello que recomendamos que se realicen bokashis estacionales, puesto que el “equipo” de microorganismos presentes en el suelo varía en función de la época del año y con esta receta estimulamos a los microhabitantes de temporada. Os dejamos nuestra propia versión de la receta.

Para elaborar nuestro primer bokashi necesitamos:


 Nos encantó la filosofía que hay tras el bokashi. Comúnmente los abonos están fabricados a base de nutrientes específicos o estiércol, buscando la incorporación de nitrógeno, o de fósforo como en el caso del guano. El bokashi, sin embargo, persigue estimular la vida microbiana, entendiendo que son éstos, los microorganismos, los que aportan los nutrientes a las plantas. Una suerte de entramado en la que todos los participantes juegan un papel importante. Es por ello que recomendamos que se realicen bokashis estacionales, puesto que el “equipo” de microorganismos presentes en el suelo varía en función de la época del año y con esta receta estimulamos a los microhabitantes de temporada. Os dejamos nuestra propia versión de la receta.

Una carretilla de suelo de nuestra finca (o de un suelo agrícola que nos dé confianza en caso de realizarlo para macetas), convenientemente la pasaremos por la criba para eliminar piedras.

Una carretilla de estiércol que no esté muy pasado (que no tenga más de un año). En caso de usar estiércol de cualquier ave, usaremos media carretilla.

Un litro de yogurt, preferiblemente hecho en casa.

Un vaso de masa madre para pan o un sobre de levadura de panadería activado en agua tibia con azúcar o miel.

Un vaso de melaza (que podemos conseguir en fábricas de pienso, normalmente)

Unos 20 kg de afrecho (salvado de trigo para el ganado)

Agua para mezclar.

Podemos añadir a la mezcla cenizas y cáscara de huevo para aportar potasio y calcio respectivamente

¡Comenzamos!

Activamos la levadura seca o la masa madre con un poco de agua tibia y azúcar. Una vez esté burbujeante.

Una vez reunidos todos los ingredientes buscamos un lugar donde mezclarlos, con ayuda de una azada los mezclamos muy bien e incorporamos todos con la mitad del afrecho. Podemos hacerlo sobre un plástico para ayudarnos después a moverlo, o directamente sobre el suelo. Añadimos agua, mezclamos bien, y vamos incorporando afrecho poco a poco, un poco de agua, más afrecho...hasta tener una mezcla homogénea húmeda que al ser estrujada no despida agua. Es conveniente contar con un extra de afrecho para controlar este exceso de humedad durante los 7 días que estaremos elaborándolo. Una vez bien mezclado dejamos toda la mezcla en una forma rectangular de unos 30 cm de altura.

Primer día: lo movemos 3 veces y lo dejamos tapado con un plástico.

Segundo día: lo movemos tres veces, mantenemos tapado

Notaremos que desprende calor y olor dulzón característico (un olor a estiércol y masa panadera muy concentrado)

Tercer día: movemos dos veces, mantenemos tapado

Cuarto día: movemos dos veces y al final del día destapamos

Quinto día: movemos una vez, dejamos destapado

Sexto día: movemos una vez

Séptimo día: ¡ya lo tenemos!

Podemos aplicarlo (a razón científica de puñadito por planta que sembremos) o guardarlo en un saco protegido del sol y de la humedad.

El resultado debe ser un sustrato con tonalidades grisáceas y algo de humedad, humedad que se irá perdiendo si lo mantenemos almacenado.


















Podemos elaborar abonos líquidos a partir de este bokashi. 


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