sábado, 16 de junio de 2012

Las lombrices de tierra


Las lombrices de tierra


Es indiscutible que uno de los alimentos vivos para peces con más tradición son las lombrices de tierra. Innumerables generaciones de pescadores fluviales así lo atestiguan. Nosotros aquí vamos a tratar de encontrarles una aplicación distinta a la de simple cebo. También bastantes generaciones de acuaristas conocen sus ventajas.
Taxonomía de la lombriz
Clase:   Oligoqueta
Familia: Lombrícidae
Género: Lombricus, Eisenia
  • Lombricus terrestris (de tierra común)
  • Eisenia foetida (Californiana)
  • Eudrillus eugenie (Africana)
  • Megascolides australis (Gippsland, Australia)

Existen casi 3.000 especies, terrestres y de agua dulce, (descritas) de gusanos pertenecientes a una clase del filo Anélidos. La lombriz de tierra tiene un cuerpo cilíndrico ahusado y segmentado. Presenta diminutas cerdas llamadas sedas. Aunque existen diferencias de tono entre las partes superior e inferior del cuerpo, y entre diferentes partes de éste, las lombrices de tierra son en general de color uniforme, casi siempre rojo pálido, pero que puede variar del rosa mate al castaño. (Existen especies de 1 mm de longitud hasta otras de más de 3 metros como la lombriz gigante australiana.)

Las lombrices de tierra desempeñan un importante papel en la ecología del suelo. Al ser removido y aireado, por la acción de las lombrices de tierra, el suelo se vuelve más fértil. Las lombrices de tierra son también una fuente de alimento para muchos animales y constituyen el principal alimento de los topos y las musarañas.
No poseen parápodos o “pies”.
La cabeza es reducida, sin órganos visuales, y en su extremo está situada la boca.
Tienen respiración cutánea.
Comportamiento de la lombriz
Las lombrices de tierra necesitan vivir en suelo húmedo que contenga materia orgánica. Suelen vivir en las capas superiores, pero en invierno se entierran más para escapar de las heladas. Cuando el clima es muy caluroso, hacen lo mismo para evitar la deshidratación. Las lombrices de tierra rehúyen la luz del día, pero con frecuencia salen a la superficie durante la noche para alimentarse y expulsar sus detritus. Durante el día sólo salen a la superficie en circunstancias excepcionales, como cuando se  inundan sus galerías en caso de lluvias torrenciales.


Las lombrices de tierra se alimentan de partículas orgánicas contenidas en la tierra que traga y que luego expulsa formando montoncitos de excrementos.
Son muy beneficiosas para la agricultura, ya que airean la tierra por las galerías que excavan en terrenos húmedos. Tienen un gran poder de regeneración.
Las lombrices de tierra se entierran con considerable rapidez, de forma especial en suelos sueltos; las cerdas que tienen a los lados del cuerpo les sirven de gran ayuda en sus movimientos. Al enterrarse, tragan mucha tierra, que a menudo contiene cantidades considerables de restos vegetales. Digieren la materia nutritiva presente en ésta, y depositan los restos en la superficie del suelo o en sus túneles.
Estructura y ciclo vital
El sistema muscular de la lombriz de tierra consiste en una serie de fibras externas circulares o transversas de músculo, que rodean el cuerpo, y una serie interna de fibras musculares longitudinales que sirven para mover las cerdas. El aparato circulatorio está formado por un vaso sanguíneo dorsal prominente y cuando menos cuatro vasos sanguíneos ventrales, que recorren de forma longitudinal el cuerpo y están conectados entre sí a intervalos regulares por medio de una serie de vasos transversales. El vaso dorsal está equipado con válvulas y es el verdadero corazón. No obstante, el bombeo de la sangre se produce sobre todo por movimientos musculares generales.
El sistema nervioso central consiste en un par de ganglios suprafaríngeos, generalmente llamados cerebro, y un cordón ventral que pasa debajo del canal alimentario con ganglios en cada segmento. Las lombrices de tierra carecen de órganos sensoriales aparte de los del tacto. El aparato digestivo está formado por una faringe musculosa, un delgado esófago, un buche o receptáculo de comida de paredes delgadas, una molleja muscular empleada para moler la tierra ingerida y un intestino largo y recto.
Dependiendo de la especie, los anélidospueden reproducirse sexual o asexualmente.

Reproducción asexual
La reproducción asexual por fisión es un método usado por algunos anélidos y permite que se reproduzcan rápidamente. La parte posterior del cuerpo se desprende y forma un nuevo individuo. La posición de rotura está determinada generalmente por un crecimiento epidérmico. Lumbriculus y Aulophorus, por ejemplo, son conocidos por reproducirse rompiendo el cuerpo en fragmentos semejantes. Muchos otros grupos no pueden reproducirse de esta forma, aunque pueden regenerar la mayor parte de los segmentos posteriores en la mayoría de los casos. Esto no es universal, y especialmente no ocurre entre las lombrices de tierra, como el folclore sugería.
Reproducción sexual
La reproducción sexual permite que una especie se adapte mejor a su ambiente. Algunas especies de anélidos son hermafroditas, mientras que otras tienen sexos separados.
Los anélidos hermafroditas, como la lombriz de tierra, se aparean durante todo el año en condiciones ambientales favorables. La lombriz de tierra se aparea por copulación. Una pareja de lombrices se atrae por las secreciones de cada una: para copular ponen sus cuerpos juntos con sus cabezas en direcciones opuestas. El esperma es transferido desde el poro masculino a la otra lombriz. Diferentes sistemas espermáticos han sido observados en diversos géneros: espermatecas internas (cámara para almacenar esperma) o espermatóforos, que son conectados al exterior del cuerpo de la otra lombriz.


La mayoría de los gusanos poliquetos tiene machos y hembras separados y fertilización externa. La primera etapa larval, que se pierde en algunos grupos, es una trocófora ciliada, similar a las que se encuentran en otros filos. El animal comienza a desarrollar sus segmentos, uno después de otro, hasta alcanzar su tamaño adulto. Los oligoquetos y las sanguijuelas tienden a ser hermafroditas y las larvas carecen de vida libre.
Alimentos vivos
Entre los alimentos vivos más asequibles y fáciles de mantener se encuentran, indudablemente, las lombrices de tierra. Evidentemente estos animalillos pueden ser utilizados como alimento vivo no sólo para los peces sino para multitud de otros animales como los reptiles, anfibios e incluso pequeños mamíferos insectívoros, al menos en parte, y, por supuesto, las aves.
Entre los acuaristas las lombrices poseen, sin embargo, cierto descrédito debido, casi con toda seguridad, al hecho de que los peces al morderlas esparcen el contenido de su tubo digestivo por el agua del acuario y, éste, claro, no es otra cosa que tierra que forma un espeso coloide ensuciando el, hasta hace pocos momentos, nítido acuario.
Efectivamente, las lombrices de tierra ingieren eso precisamente, tierra, alimentándose por filtración, que llevan a cabo dentro de su tubo digestivo. Para el acuarista esto constituye un considerable problema, ya que sólo el tiempo o una malla muy fina son capaces de eliminar una suspensión coloidal del agua. La solución, es sin embargo muy sencilla y al alcance de todo el mundo. Guarden ustedes en bolsas de arpillera  y consérvenlos en una caja, por ejemplo, de madera no muy grande y ahí podrán “purgar” sus lombrices. Si, cuando se vayan a dar lombrices a los peces, se tiene la precaución de colocarlas un mínimo de 24 – 48 horas en la cajita de madera con los posos de café, éstas estarán tan limpias como cualquierDaphnia. Un detalle a tener en cuenta es que las lombrices no aguantan mucho tiempo en esos posos húmedos, de forma que la cajita se utilizará exclusivamente como “purgatorio” y no para guardar los gusanos o mantenerlos, puesto que, al cabo de pocos días, mueren.
Las lombrices pueden cogerse en gran número en suelos con un mínimo de humedad. Sobre todo, después de llover suben bastante y salen o permanecen cerca de la superficie.
El mantenimiento de estos gusanos es sencillo tanto si uno no pretende tener más que un pequeño suministro como si se quiere tener un suministro regular y de una cierta importancia. En el segundo caso es imprescindible conseguir la reproducción, y en buen número, de estos animales.
Para tener unas cuantas lombrices que nos aseguren el suministro de un mes, por ejemplo, basta con ir a buscar el número suficiente y colocarlos en algún recipiente plano cubierto por una tela de saco. El recipiente se mantendrá ligeramente húmedo y en lugar oscuro. Para el que tiene la posibilidad de que las lombrices vengan en lugar de ir a buscarlas basta con colocar esa misma tela de saco en el suelo, en lugar oscuro, mantenerla un tanto húmeda y, tanto en el caso anterior como en éste, colocar entre la tela de saco y el suelo trozos de patata y restos de verduras.
Para conseguir la reproducción en número aceptable de estos gusanos se precisa una caja no demasiado pequeña (50 x 50 x 30 cms.). Esta caja puede llenarse con suelo de jardín, dos patatas bien trituradas y un cubo mediano de hojas a medio descomponer, similares a las que forman la capa superior del suelo de un bosque de árboles de hoja perenne, por ejemplo.



La superficie puede cubrirse, también con una tela de saco, manteniendo el conjunto húmedo. En la caja se colocan un mínimo de 100 gusanos a los que se alimentará dos veces por semana de la misma forma que en los casos en los que no se intenta la reproducción. Puede también dárseles harina de avena. Al cabo de unos meses se observarán gran cantidad de pequeños gusanos que irán creciendo. De esta forma, podemos obtener gusanos de todos los tamaños y suministrarlos según las dimensiones de los peces. De todas formas, también pueden trocearse los gusanos grandes para darlos a peces de tamaño tal que no puedan con uno entero.
Otro uso de las lombrices y, en verdad, poco conocido es como alimento para alevines no muy recientes. Para ello se toman los gusanos y se hierven, después de lo cual sólo queda triturarlos muy finamente y echarlos a los alevines.
Para acabar sólo queda decir que no conviene reducir el alimento vivo sólo a animales blandos como los gusanos ya que, a la larga, ello produce en los peces obstrucciones intestinales. Si el alimento vivo que suministramos principalmente son gusanos, como las lombrices o el tubifex, conviene alternarlo con animales que presenten caparazones o cubiertas duras que estimulan la defecación y nos evitan disgustos con nuestros peces. En esa categoría entra la Artemia adulta, las larvas de mosquito, las Daphnias y otros insectos y crustáceos.







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